Los pacientes con trastornos del estado de ánimo suelen obtener resultados rápidos con la infusión de ketamina. Cuando se administra mediante una infusión intravenosa a un ritmo lento, controlado y constante, la ketamina tiene muchos efectos altamente terapéuticos en el cerebro. Entre ellos se encuentra la capacidad de provocar un crecimiento físico en la corteza prefrontal del cerebro, estableciendo nuevas conexiones entre las neuronas mientras repara las células dañadas. La ketamina provoca un aumento de neurotransmisores como el glutamato que ayudan a construir nuevas vías en el cerebro, mejorando la función en áreas del estado de ánimo, el sueño y más.
Los pacientes con dolor a menudo sufren de un proceso conocido como "sensibilización central", donde las señales de dolor aumentan en frecuencia e intensidad con el tiempo. La ketamina actúa para restablecer los receptores del dolor y bloquear las señales de dolor, restaurando un equilibrio más saludable.